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ESCHER

Por Alba R. y Miguel V.

ESCHER

 Nació en Leeuwarden, al norte de los Países Bajos, Holanda, en 1898. En Arnhem desarrolló el gusto por el dibujo. En 1919 y 1922 estudió en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem.

 En 1922 llegó a Granada, y se quedó deslumbrado al visitar la Alhambra. Lo que aprendió allí tendría fuertes influencias en muchos de sus trabajos.

Viajó a Baarn, donde falleció en 1972.

Muchas de sus composiciones le convirtieron en uno de los más grandes artistas gráficos del siglo XX.

Tenía el deseo de  demostrar como nunca antes se había visto que una superficie bidimensional es capaz de crear ilusiones ópticas de gran profundidad.

 

Luchó para encontrar un mecanismo que permitiese dar la impresión de un espacio sin límites.

 

 Lo que siempre intentaba crear con sus trabajos eran reflexiones, simetrías, traslaciones, cuerpos platónicos y  el infinito.

 

Las principales características de sus obras son la dualidad y la búsqueda del equilibrio o la simetría, el infinito frente a lo limitado.

Lo lúdico y lo científico se combinan magistralmente en sus obras y provocan la perplejidad de quienes las observan. En sus obras creó conceptos abstractos relacionados con el orden invisible del universo. Estaba obsesionado por representar mundos con unas reglas diferentes.

 

Sus obras más conocidas son probablemente las figuras imposibles, seguidas de los ciclos, metamorfosis y, directa o indirectamente, sus diversos trabajos sobre la estructura de la superficie y la partición regular del plano.

Su obra gráfica está llena de ilusiones ópticas, que parecen a primera vista naturalistas, pero que después de una visión más detallada nos sorprenden con la imposibilidad de lo que creemos obvio. 

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